El poema que aquí es portada fue el primero deseado y reconocido, para hablar en términos de parición.
Un poema entre tanto papel manchado y guardado en un cajón volvió a mis manos cuando terminaba mi adolescencia. Mi cabeza dijo algo así como "ahora sé lo que quería decir". Con con esa distancia escribí otra cosa que era también la misma o, por fin, yo misma.
Despúes, el taller de Alcira Bas en la carrera de la UNSaM me hizo descubrir lo que -todavía no sabía- la práctica de teatro, en la escuela de la La Muda, dirigida por Teresa Sarrail, había creado en mí: podía narrar. También hubo un taller con Alberto Laiseca y durante algo más de un año una "tertulia" con amigxs, una vez por mes, para no desapuntar el vicio.
A Magalí, la alumna a quien tomé el título de esta presentación, a lxs que amo, a lo que mi palabra ama, a quienes me abrieron a través de los aprendizajes a ese amor, agradezco.
Hago este blog porque creo que mientras estamos vivxs, el encuentro entre escritorxs y lectorxs no es una cuestión de forma.
Verónica Pena